¿Es en realidad la política una guerra o competencia?, de ser la respuesta un sí, podríamos fácilmente decir que existe un paralelismo con los deportes en donde debe de existir un ganador; aquel concepto esta vacío como un agujero negro por el simple hecho de que el objetivo primordial de la política es lograr el bien común, ello repercute en cada uno de nosotros, incluso en aquellos que desean lo mismo para el país y que se embarcan en la campaña política, tal vez la ideas sean distintas pero todas pretenden dar lo mejor por la patria.
No existe peor cosa que no ser escuchado, aquellos conflictos que vemos en campaña ocurren por ello ya que existen candidatos que no escuchan y pretenden ser un monólogo invulnerable a ideas y propuestas ajenas a las suyas; en este punto es preciso decir que las ideas no pertenecen a nadie, son propiedad de todos así como lo es el aire que respiramos, también por eso es tonto pelearse por la propiedad de cierta obra como lo hacen ahora en el Perú, el presidente Alan García y el ex presidente Alejandro Toledo.
Todos cuando tenemos algún problema con alguien nos alejamos en vez de conversar y dialogar, la habilidad para resolver problemas está en nosotros, sin embargo, a veces nuestros sentimientos nos traicionan y no lo hacemos, pedir perdón se nos hace todo un enredo que preferimos que el otro sea quien tome la iniciativa; todos somos iguales, tenemos que entender que lo que sentimos también lo siente el otro y lo que pensamos tiene una cierta similitud, es por esto que se requiere de simple voluntad para dejar de lado las asperezas y resolver con un dialogo aquello que años de silencio no podrían. Si los candidatos pudiesen reunirse todos a conversar sobre temas establecidos con la finalidad de llegar a verdades y necesidades, donde todos lleguen a comprender más del otro y a reconocer virtudes y defectos de uno o dicho plan, donde todos ganen y no como los debates exigen, harían de la política un verdadero campo del conocimiento y entendimiento nacional y mundial.
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